Falleció ayer, en Isla Margarita, Venezuela, el gran escritor Enrique Viloria Vera. Es tanto lo que puede decirse sobre su obra que ni remotamente podría hacerle justicia en este breve texto. Fue un brillante intelectual, un hombre culto, preparado, que lo mismo practicaba el ensayo político que la poesía, además de ser crítico literario y narrador. Lo conocí hace unos dieciséis años en un encuentro de escritores en Monterrey. Nos hicimos buenos amigos de inmediato. Era un hombre encantador, buen conversador, con un extraordinario sentido del humor. Los últimos cinco años vivió en Salamanca, donde era muy apreciado y tenía un montón de amigos. Pasó ahí lo peor de la pandemia y escribió un poemario magnífico Poemas de Tránsito, que tuve el honor de prologar y donde retrata de una manera altamente humana, la situación vivida en un hospital español . Tuve también la suerte de que prologara mi poemario Ese olvido que habita en la memoria. Enrique era un hombre lleno de vida, diligente, incansable. No sé cómo se las ingeniaba para multiplicarse en los quehaceres literarios. Trabajaba rápido, era puntual, tenía una ética profesional intachable. Gracias a él ingresé como miembro honorario al Círculo de Escritores de Venezuela, institución de larga trayectoria cultural en ese país. Enrique publicaba constantemente, su obra abarca cientos de títulos y artículos. De especial interés para mí fue su libro Ciudades y escritores, pues retrata de manera muy interesante las ciudades importantes en la biografía de algunos autores clásicos. Guillermo Morón expresa en el prólogo del libro: “Enrique Viloria Vera demuestra en este libro, abierto a la curiosidad de la inteligencia, que es un consumado hombre de letras, un inteligente lector, un crítico literario”. Efectivamente, Enrique fue un consumado intelectual, un gran humanista y, sobre todo, un tremendo amigo. Su presencia en el difícil y a veces hostil mundo de las letras era un remanso. En todos esos años de amistad siempre nos mantuvimos en contacto, más que nada a través de las mutuas publicaciones. La última conversación telefónica que tuvimos fue hace unos seis meses, cuando estaba ya viviendo en Isla Margarita. Reímos mucho porque con Enrique era imposible no hacerlo. Hace un mes aproximadamente intercambiamos algún correo electrónico. Y esta mañana la terrible noticia. Creo que el mundo es un lugar más triste sin Enrique, más desolado, más inhóspito. Los hombres como él dejan un gran vacío, sí, pero en su particular caso también nos dejó una larga lista de libros estelares, fragmentos brillantes del ser que sigue siendo en nuestras letras. A continuación incluyo una serie de enlaces a algunos de sus libros o bien de los artículos escritos en torno a su pensamiento. Creo que el mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor es leerlo. Los invito a homenajear a este hombre brillante y noble que tanto nos seguirá iluminando aún después de su partida. Descanse en paz este venezolano ejemplar. Descanse en paz este gran compañero del viaje literario. Descanse en paz el gran amigo. https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Viloria_Vera https://www.goodreads.com/book/show/25602304-ciudades-y-escritores http://www.crearensalamanca.com/enrique-viloria-vera-un-agradecido-hasta-luego-de-salamanca-en-visperas-de-volver-a-venezuela/ https://www.elnacional.com/entretenimiento/literatura/fallecio-este-30-de-julio-el-escritor-venezolano-enrique-viloria/
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Sobre la AutoraPoeta, editora y traductora es catedrática de Creación Literaria en el Departamento de Escritura y Estudios del Lenguaje de la Universidad de Texas-Río Grande Valley. Archives
October 2020
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