El Coronavirus no solo puso sobre el tapete de la opinión pública mundial el más de un millón de muertos, que causó, el miedo, la desconfianza, las calles vacías y los hogares cerrados a calicanto; además incorporó - para regocijo de lingüistas y filólogos, -, una jerga propia, términos y vocablos que de las bocas de los voceros de la salud pública y de los periódicos y noticieros, pasaron a ser de uso común del hombre de la calle, del ciudadano de a pie, del pueblo llano. Destacan los siguientes:
Una nueva normalidad que aún sigue sin ser normal.
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Sobre la AutoraPoeta, editora y traductora es catedrática de Creación Literaria en el Departamento de Escritura y Estudios del Lenguaje de la Universidad de Texas-Río Grande Valley. Archives
October 2020
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