"Los escritores somos ladronzuelos de vidas ajenas": María José Mielgo Busturia En este diciembre de tantas celebraciones, tuve la suerte de que la conocida escritora bilbaína me concediera esta entrevista, precisamente en vísperas del lanzamiento de la revista Literarte, complemento de la editorial del mismo nombre y continuación de Alborada-Goizaldia. Todos estos años te has mantenido activa entre la poesía y el relato. Cuéntanos tu relación con ambos géneros. Aunque últimamente escribo más narrativa, me moriré con el alma de poeta –teniendo en cuenta que definirse poeta son palabras mayores y una osadía por mi parte, pues tengo mucho que aprender–. Dicho esto, creo que el proceso en el escritor es casi siempre el mismo: empezamos con la poesía y luego damos el salto a la narrativa. En mi caso particular, supongo que es porque necesito contar historias, hechos, realidades, sentimientos y necesito un campo más amplio, explayarme más. La poesía es más concisa, aunque utilices el verso largo. Y si ya hablamos del soneto, resumir la idea principal en los dos últimos tercetos ya es un mérito. Pero mi relación es conciliadora jjjj con ambos géneros y a veces creo que hasta necesaria. Una cosa que sorprende en tu narrativa es la capacidad de invitar a la reflexión partiendo de situaciones cotidianas, ¿podrías contarnos cómo es que logras encontrar tantas facetas en la vida diaria? Muy sencillo: la capacidad de observación de la que hablaba Ernest Hemingway. Sería muy recomendable que el individuo fuera más observador. Pero un artista lo tiene que ser. El escritor, como decía Carmen Posadas, es un voyeur y yo añado: los escritores somos ladronzuelos de vidas ajenas. Mira Elvia: yo he escrito relatos cuyo origen han sido una conversación oída a un tercero sobre su vida en un autobús. El piar de los pájaros me inspiró un relato en mi último libro. El escritor, el artista en general, tiene que estar siempre alerta a cuanto sucede a su alrededor; debe de estar pendiente de lo que escucha, de lo que ve, de lo que siente u otros sienten, porque cualquier detalle, por banal que parezca, puede suponer el detonante para una gran historia, sea esta plasmada en una novela, en un relato o en un poema. Importantísimo: tener capacidad de observación diaria de cuanto acontece en nuestro entorno. Hay algo muy mesurado en tu narrativa: un equilibrio perfecto entre la alegría y el dolor. ¿Parte esto de tu filosofía personal o es solo un recurso estético? Como bien dices, es más una filosofía personal y de subsistencia, además de coherencia. Cuando la vida te ha puesto en situaciones extremas, cuando te ha tocado tomar decisiones sobre cuestiones sobrevenidas y has conocido el sufrimiento, tienes dos opciones: convertirte en un ser injusto, haciendo responsable al mundo de tus pestes y miserias. O ser consciente de que el mundo no tiene la culpa de muchas cosas que te acontecen. Si eres inteligente, aprenderás de los errores propios y ajenos y serás capaz de ser objetivo –aunque a veces no es tan sencillo. Y si no has aprendido nada, entonces te convertirás en un zafio que culpabilizarás a todo y todos y lo peor: vivirás amargado el resto de tus días. ¡No me compensaría! De todos los relatos que has escrito, ¿cuál es tu favorito y por qué? Con sinceridad Elvia, me cuesta elegir un favorito. Quizás el de Nueva York porque lleva implícitos muchos sentimientos y actitudes del ser humano. En él se pone de manifiesto el amor, el desamor, la fidelidad, el paso del tiempo, la paciencia, la nostalgia, pero principalmente el poder que tiene la imaginación. ¿Hay alguno que te haya causado especial trabajo lograr? Sin lugar a dudas el relato de Carta de ida y vuelta. Hasta ahora, es lo más duro que he escrito. Cuéntanos de tu poesía. ¿Cómo combinas ambos géneros? Es decir: cómo sabes cuándo una idea se plasma mejor en la poesía o en la narrativa. Cuando quiero plasmar una idea, un sentimiento, normalmente sé cómo lo quiero exponer: si en poesía (porque trazaré un texto más lírico, mucho más poético) mientras que en otros momentos, dependiendo de la temática y lógicamente el desarrollo, entonces necesito mas campo, otra cancha que me dé más juego para poder trasladar esa historia y a sus personajes. Aunque no lo suelo hacer, porque no me gusta combinar ambos géneros, sí es cierto que por ejemplo, en alguna obra narrativa he visto la necesidad de insertar un poema y he combinado los dos géneros (aunque ya digo que no me gusta en exceso explotar ese estilo). Has publicado varios libros de poesía. Ahora, desde la distancia, ¿cómo es tu relación cada uno de ellos? Muy nostálgica con los dos. Con Corazón Ardido porque fue escrito desde ese sentimiento más primigenio: el amor y cuando estás en ese estado que decía Ortega y Gasset de estupidez permanente jjjjj. Es cierto que es un poemario escrito con una gran vehemencia y en una época de mi vida maravillosa. Con Equidistancia, también los sentimientos de nostalgia hicieron su presencia, pues es un poemario prácticamente en homenaje a mi madre cuando sufrí su pérdida y ese sentimiento de orfandad que experimenté por primera vez y para siempre, me llevó a darme cuenta de cuánto podemos querer y a veces sin saberlo. Además, ante la pérdida eres consciente de que pensamos que estamos mentalizados, pero la realidad es que no es así, por mucho que nos lo repitamos o nos lo repitan. Ahora hablemos de tu faceta de editora. No es fácil mantenerse vigente tantos años. ¿Cómo has logrado sacar a flote, en un mundo tan competitivo, proyectos como Alborada y Literarte? Pues en primer lugar, luchando por lograr mi sueño. Hay que luchar por aquello que deseas y darlo todo. Eso implica dormir pocas horas, trabajar mucho, invertir dinero, invertir tiempo, pasar horas leyendo, corrigiendo, cuidando a tus autores, organizando presentaciones, etc… En segundo lugar, innovando: renovarse o morir. Y tercer lugar, yendo a lo tuyo pasito a pasito y obviando a aquellos que te ponen zancadillas y que no soportan que las sortees y vayas cumpliendo tus proyectos. Normalmente estos personajillos son personas con las que no te alias, que se venden al mejor postor y no merecen la pena: no te perdonan que no les necesites, que seas mujer y que si es necesario, les dejes en su sitio. ¿Qué ventajas tiene conocer bien el mundo editorial y el de la escritura? ¿Cómo te enriquecen literariamente ambos mundos? Pues seguramente que de no ser editora, a la hora de editar mis libros desconocería el mundo tan complejo que hay detrás. Sería más complicado. Y también sería más fácil que editores sin escrúpulos te pudieran engañar. Por otra parte, no podría contar algunas historias como las cuento o al menos, lo que es seguro, que tendría que documentarme con lo que ello implica, si tratara sobre ese tema. Al ser editora, esa faceta me sirve para manejarme mejor como escritora en el sector editorial. Y finalmente, para no abusar más de tu tiempo: ¿querrías compartirnos algún avance sobre un nuevo proyecto? Sí, estoy ahora mismo con mi primera novela. Además vuelvo a editar la revista Literarte, que será la continuidad de Alborada-Goizaldia y para finales del 2020 –o eso espero– y dando forma a un proyecto muy importante –hasta ahí puedo contar.
0 Comments
|
Sobre la AutoraPoeta, editora y traductora es catedrática de Creación Literaria en el Departamento de Escritura y Estudios del Lenguaje de la Universidad de Texas-Río Grande Valley. Archives
October 2020
Categories |